miércoles, 18 de octubre de 2017

a propósito del arte

Durante siglos, para definir una obra de arte se usó la imitación; la obra debía ser semejante a la realidad de la manera más exacta posible. Su objetivo era reproducir la ilusión de contemplar la realidad.
 Al observar una pintura de Miguel Ángel o de Velázquez, solemos admirar lo reales que se ven los pliegues de los vestidos, el uso de la perspectiva y los grandes conocimientos de la anatomía que poseía el pintor. El conjunto de estos recursos nos lleva a contemplar algunas escenas gloriosas. Actualmente, la imitación dejó de ser el paradigma del arte. Mientras la filosofía reflexionaba en torno al sujeto y a la razón, el arte comenzó a indagar sobre sus medios de representación.
 Los temas de arte ya no son las maravillas naturales, los mitos o las verdades espirituales, sino el arte como arte.
El arte moderno busca la pureza, aquello que le fuera exclusivo. Se basa en la pincelada, en la forma rectangular, en el claroscuro y en el plano. Con esta manera de ser, se acercó más a la comprensión de su verdadera naturaleza.
 El arte moderno está definido por la belleza, las cualidades estéticas de la obra, por la armonía de color y la composición misma.
 El arte contemporáneo goza de libertad. La diferencia entre una obra de arte y un objeto no puede establecer a partir de un criterio perceptivo: son exactamente iguales. Actualmente, se vive el periodo más controvertido y confuso de la historia de las artes plásticas.
 El arte actual es plural, individualista, transgresor y conceptual.

  • LO PLURAL La pluralidad que caracteriza al arte actual se define a través de la proliferación de lenguajes expresivos y el uso de todo tipo de materiales para la creación artística. Esta pluralidad se ve impulsada por las innovaciones dentro del arte. Se reúnen grupos de obras que guardan relación en cuanto a la técnica, la expresividad, a los elementos y a la significación. De esta manera, una misma obra puede pertenecer a distintas tendencias. Se utilizan objetos tridimensionales, instalaciones, elementos varios. El valor actual del arte moderno es la novedad. La proclamación de lo nuevo es continua; por eso, la mayoría de las obras se consideran pasadas de moda casi inmediatamente después de ser creadas.
 El rápido consumo de la sociedad capitalista potencia la exploración de lo nuevo y en menor cantidad de contenido. Se cree que la innovación es fruto de la libertad creadora, pero no es así. La innovación incesante está determinada por los intereses del mercado en sociedades en las que domina el valor de cambio de la obra, de manera similar a la moda, que más que un fenómeno estético es un fenómeno económico. La innovación está dada por la promoción y la publicidad, que afecta su cotización en el mercado.

 • INDIVIDUALISTA La noción de que el arte, para ser válido, debe ser la expresión del individualismo y de una personalidad única. El culto al genio es uno de los valores supremos del arte contemporáneo. De ahí que la búsqueda de originalidad sea otro de los valores muy estimados. A tal grado ha llegado el culto a la personalidad del artista consagrado que, en muchas ocasiones, se da más énfasis a la personalidad del artista que a sus productos: se considera más valiosa la firma de ciertos artistas que el objeto mismo donde está impresa. •

TRANSGRESOR  El arte moderno tiende a ser transgresor, porque reta las normas artísticas convencionales. La agresión contra el entorno visual y social es uno de los rasgos distintivos del arte moderno. La corriente artística del simbolismo, que floreció en Francia, consolidó la idea de que el artista existe fuera de la estructura social establecida y que a través de sus creaciones se presentan nuevas visiones del mundo y del ser humano.
 A partir de los años 60, varias tendencias artísticas buscan provocar al espectador mediante audacias expresivas para involucrarlo activamente en el acto estético.

 • CONCEPTUAL En diversas tendencias del arte moderno se cuestiona la existencia del arte como objeto. Es decir, que la obra se convierte en el punto de partida de una reflexión más amplia que rebase a la obra misma. El significado de obra prevalece sobre el problema de la obra misma. Si en el arte tradicional predominaba el objeto sobre la teoría, en el arte conceptual prevalece la teoría sobre el objeto. Ya no basta la obra por la obra, sino que debe enmarcarse en las teorías que la fundamentan. Cada obra documenta el estado de reflexión estética de su autor. Para los estudiosos del arte actual, importan más los procesos formativos y artísticos que la constitución física de la obra realizada.